jueves, 23 de abril de 2015

sábado, 25 de octubre de 2014

ELGÉNERO DE LAS PALABRAS

Vale la pena revisar el acertado manejo del género de las palabras con la ayuda de FERNANDO ÁVILA, delegado Fondéu para Colombia y autor de la columna El lenguaje en El tiempo.
 

 Hay palabras que tienen masculino y femenino distintos como analfabeto (hombre) y analfabeta (mujer). Hay otras que siempre son masculinas como día, clima, calor, as, "El as del equipo es Pilar", o que siempre son femeninas como autoestima, víctima, "La víctima fue el marido". También hay palabras que son invariables para hombre o mujer como estudiante, dirigente, cantante, periodista, economista, analista, pediatra, pero permiten la diferenciación mediante el artículo o adjetivo que las acompañan, "El pediatra y la pediatra se pusieron de acuerdo", "La periodista Gómez y el periodista Sánchez asistirán al congreso". Sin embargo, la opción gerenta ya se considera válida.   
 
Para los animales hay palabras de género epiceno, que exigen determinar el sexo por los modificadores macho o hembra como canguro, "El canguro macho y la canguro hembra están presentes en la feria".
 
Hay palabras como terminal o estación de transporte que se usaba como palabra de género femenino, "La terminal aérea está congestionada"; pero en la edición 2001 de la DRAE quedó como palabra de género común, "La terminal de buses" o "El terminal de buses".


 

sábado, 13 de julio de 2013

CÓMO ESCRIBIR UN BUEN POEMA

En lo que respecta a la formación y perfeccionamiento del oficio, como ya lo hemos dicho en otras ocasiones, para escribir bien es necesario sino, imprescindible, leer muchísimo. Si queremos escribir poesía, por tanto, en primer lugar, deberemos leer mucha poesía. Y, preferentemente de autores que realmente puedan aportar valores y calidad a nuestra creatividad. Se dice que para escribir una buena poesía es necesario estar muy inspirado. En realidad esto no es del todo cierto. Si bien sí lo es que te embriaga una enorme satisfacción cuando son pocas las cosas que debes cambiar de un poema que has terminado; no siempre ocurre esto.
 
Escribir poesía es un oficio como cualquier otro y exige entrega y dedicación. No bastan los instantes de fervor, es necesario despegarse del mundo y encerrarse junto a las palabras para entender cuáles son las adecuadas para escribir lo que deseamos. Por esta razón, es posible, que la mayoría de los poetas sean personas que no gustan de las reuniones sociales y que disfruten más de sus momentos de intimidad en los que pueden expresarse frente a una hoja. De todas formas parece que estuviera vendiéndoles un estereotipo.
 
No considero que todos los poetas sean iguales. Tampoco que los que sean más introvertidos puedan ser mejores que los otros, ni mucho menos. Simplemente abogo por la calma y la premeditación y esto solo es posible si llevamos una vida relativamente tranquila, lejos de la exasperación y el superficial desenfreno que nos propone la vida actual.
 
Importancia de una buena corrección
 
Disponer de ciertas pautas para realizar la corrección de nuestro trabajo puede ser fundamental. Las mismas deben estar adaptas especialmente a la tipología del texto que se desea resolver. En el caso de la poesía existen una serie de consejos que pueden serte de utilidad.
Debemos realizar una lectura en “grueso” sobre el trabajo, resaltando o haciendo pequeñas anotaciones en torno a aquellas cosas que no estamos del todo convencidos de haber logrado con precisión. Para esto tenemos que tener presente cuáles eran nuestros objetivos al sentarnos a escribir el mismo y ajustar el resultado a nuestro plan primero.
 
Las cuestiones que a nivel estructural deberías tener más en cuenta son las referentes a la medida, la rima, las figuras y el tono poético en la composición. Para ello puede serte de mucha ayuda no tanto la lectura de material teórico, como lo que intenta ser este artículo, sino la de poemas.
 
Algunas cosas importantes al escribir es tener en cuenta el lenguaje poético, las figuras retóricas y el vocabulario utilizado. Tener presente al lector no necesariamente es interesante, es decir que escribir poesía pensando en el receptor podría romper la idea de ella.
 
Como para todos los tipos de textos es conveniente realizar la creación teniendo en cuenta algunos pasos importantes:
  1. Escribir el poema
  2. Guardarlo durante un tiempo
  3. Volver a leerlo
  4. Revisar las cuestiones importantes
  5. Corregir temas estructurales
  6. Releer el texto y corroborar que se haya logrado el objetivo poético
Por último, cabe señalar que antes de sentarte escribir, debemos tener una idea clara. La poesía debe tener un objetivo, porque todo mensaje todo lo tiene. Por tanto busca las razones por las que debes escribir eso y pregúntate si es realmente imprescindible hacerlo. Si la respuesta es SÍ, entonces, ¡manos a la obra!

Lee todo en: Cómo escribir y corregir un poema > Poemas del Alma http://www.poemas-del-alma.com/blog/especiales/como-escribir-y-corregir-un-poema#ixzz2YxfQGVic

 

domingo, 2 de junio de 2013

¡Ay! ¡Ey! ¡Uy!

 
 

Estas interjecciones van tomando forma en el Diccionario de la Lengua Española y ya La Academia decidió incluir en la próxima edición del DRAE la forma ¡uy! sin hache, como opción preferible a huy, con h. Un cambio valioso ya que acerca esta forma a su semejante ¡ay! que debe ser escrito sin h, ya que hay con h es una inflexión del verbo haber.

Solo queda faltando que el DRAE incluya la interjección ¡ey! que se usa para llamar la atención y que todavía se escribe con h ya que procede del inglés, idioma en el tiene esta escritura, ¡hey! Sería muy útil este cambio ya que no se enredaría a los escribientes con esta antigua forma.

¡Uy, qué dolor!
 
¡Ay, cómo duele crecer!

martes, 19 de febrero de 2013


Primero.
Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.


Segundo.
No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.


Tercero.
En ninguna circunstancia olvides el célebre díctum: "En literatura no hay nada escrito".


Cuarto.
Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.


Quinto.
Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.


Sexto.
Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.


Séptimo.
No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.


Octavo.
Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.


Noveno.
Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.


Décimo.
Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.


Undécimo.
No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.


Duodécimo.
Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratará de tocarte el saco en la calle, ni te señalará con el dedo en el supermercado.






El autor da la opción al escritor de descartar dos de estos enunciados, y quedarse con los restantes diez.

martes, 22 de enero de 2013

ESCRITURA DE NÚMEROS


Desde el año 2010, es válido escribir los números del uno al cien en una sola palabra, veintiuno, treintaidos, cincuentaisiete, noventainueve. Sin embargo, ha sido costumbre hacerlo solamente con los números del uno al treinta (dieciocho, veintinueve) y escribir y pronunciar los otros de manera separada (treinta y dos, setenta y nueve, ochenta y cinco), que es más usual y mucho más fácil de leer. Lo que quiere decir que es más aceptada esta forma tradicional de escribirlos.
Se puede combinar cifra y palabra en millones (7 millones de personas) y billones (12 billones de pesos), pero no en miles (no conviene escribir 15 mil personas, sino quince mil personas o 15.000 personas). 

Escribir todas las cantidades de una lista en letras (cinco granadas, quince fusiles y cien cartuchos) o en números (5 granadas, 15 fusiles y 100 cartuchos), olvidando la vieja indicación de que hasta cierto número se escribe en letras y de ahí en adelante en cifras. 
Los números terminados en uno que van antes de sustantivo femenino deben ir en femenino, veintiuna personas, treinta y una oportunidades, cincuenta y una casas, y no veintiún personas, treinta y un oportunidades, cincuenta y un casas. De la misma manera se usa el ordinal primer, que debe ir en femenino antes de sustantivo de ese género, primera vez y no primer vez.

Los fraccionarios no se deben usar como ordinales. Es impropio decir catorceavo piso, quinceavo congreso, veintitresavo capítulo. Lo adecuado es acudir al ordinal, décimo cuarto piso, décimo quinto congreso, vigésimo tercer congreso
Los siglos se identifican con los números romanos, siglo XXI, y no con números arábigos, siglo 21. Lo mismo ocurre con nombres de papas y de reyes, Benedicto XVI, Isabel II. 

Los números de cuatro dígitos van sin punto de mil e igualmente los años, 7343 vacas, 1001 noches, años 2012 y 2013.


viernes, 28 de septiembre de 2012

ALGUNOS CAMBIOS EN NUESTRO IDIOMA: TILDES ELIMINADAS

La Ortografía de la Lengua Española, en su última edición del 2010, reporta la eliminación de las siguientes tildes que es bueno recordar: 

1. Del adverbio sólo que equivale a "solamente", ya que al adjetivo "solo" nunca se le había marcado. Solo prefiero un café. 

2. De los pronombres éste, ése, aquél y sus femeninos y plurales. Ese es más interesante que aquel. Es de anotar que a los adjetivos nunca se les ha marcado. Ese libro es más interesante que aquel documento.
Nota: Los verbos está, esté, estás siempre llevan la tilde. No está pendiente mi cita para esta tarde ya que está muy ocupado. 

3. De la conjunción ó que está al lado de la cifra numérica. Llegan jóvenes de 15 o 16 años. Nunca se le ha marcado a frases que no contienen números. Quiero regalarte un reloj o un maletín.

4. De los monosílabos como guión, truhán, Sión. Elaboró el guion sobre un truhan en el monte Sion.

Es de recordar que desde 1999 ya se habían eliminado las tildes de otros monosílabos como rió, guió, fió y lió. Ella se rio sin motivo alguno, Su sendero guio nuestros pasos, No les fio ni a mis amigos, Pamela lio todo más de lo que estaba.

No olvidar que desde 1952 se había eliminado la tilde de los monosílabos como fe, fui, fue, dio, vio  y de palabras graves con el diptongo ui como construido, jesuita, ruinas.